Había una
antigua figura pintada por un niño en el
colegio, hace mucho, mucho tiempo, cuando se usaba betún de judea para todo,
que ya estaba algo rota y desgastada…
Su dueña me
pidió “arreglarla”, quería que se añadiesen los trozos que faltaban y tapar la
línea donde se había roto y pegado;
además, como no, que pareciese más alegre.
Me puse manos a la obra: quitar
pintura, lijar, rellenar grietas, arreglar la peana y el saxo, donde faltaban
trozos y dar capa de pintura blanca:
Conservé los colores originales de
la figura (los que había bajo la capa de betún) en casi toda ella, aunque no me
pareciesen los más apropiados. Eso sí en la cara no podía darle color marrón,
un payaso la llevaría blanca:
Le faltaba algo en la cara… ¡una
gran nariz roja!
Algunos detalles
con brillantina, barniz…
pero algo falta. Ah, claro, un minúsculo sombrerito
con una flor:
Y el
resultado:
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